La luz de Begoña
La Asociación de Ciencias de Aranzadi se adentró en el cementerio de Begoña, en Bilbao, y ayudado por el Ayuntamiento, profesionales y estudiantes de arqueología, decidieron, tal y como dice el nombre del proyecto, darle luz.
Lucía Jiménez, 02-032022, Blog de Periodismo IES Ega
La primera exhumación que se realizó en España fue hace 22 años exactamente el 21 de octubre del año 2000 por Emilio Silva Barrera que es quien encuentra la fosa donde está enterrado su abuelo asesinado en octubre de 1936. Después de esto Emilio se dio cuenta que la tierra tenía su propia memoria y que tarda 150 años en estar como si no la hubieran removido. Esta exhumación es la primera que se realizaba científicamente, aunque algunos familiares de las víctimas de la guerra, en torno a los años 70 y 80, ya habían desenterrado a sus familiares, sin tener en cuenta si los restos pertenecían a sus familiares o no; ya que su finalidad era tratar de llevar los restos a un cementerio para darles sepultura.
Al hilo de esto, la Sociedad de Ciencias de Aranzadi, asociación científica sin ánimo de lucro cuyos objetivos son la investigación científica del medio natural y humano y la divulgación de los resultados, ayudados con la subvención del Ayuntamiento de 325.000 euros y de estudiantes y profesionales de Arqueología, Criminología, Medicina legal y Antropología, entre otras, se adentraron en el cementerio de Begoña y empezaron este proyecto con la labor de exhumar a 1600 personas enterradas, 60 de ellas víctimas de la guerra del 36. Con esto, Aranzadi quiere estudiar no solo la historia bilbaína del siglo XX sino también la arquitectura funeraria.
Este espacio está clausurado desde 2006 pero ahora se quiere convertir en un parque. Durante el trabajo de exhumación se podrá visitar la excavación mediante visitas guiadas, además de conferencias abiertas a la ciudadanía. Con relación al nombre puesto para el proyecto una gran luz que alumbrará la excavación será encendida al exhumar el primer fallecido y posteriormente al sacar al último esta se apagará como símbolo de respeto.
Una trabajadora de este proyecto cuenta que el objetivo principal con el que partían era vaciar el cementerio de forma científica y respetuosa pero a medida que iban excavando se encontraban con niveles superpuestos de individuos por lo que se añadió otro objetivo que era entender lo que había pasado. Otro problema eran las diferentes maneras de enterramiento ya que dependían del enterrador, para hacer frente a este problema tenían que observar si los esqueletos que extraían se correspondían con los datos que observaban en una lista con los nombres, años y sexo.
También añade que resultó fácil trabajar ya que, de una manera u otra, todos los del equipo tenían algo de experiencia; por lo que las dificultades pudieron solucionarse rápidamente, por ejemplo, fue sencillo comprender la estructura del cementerio, trabajo que se realiza posteriormente a la excavación e incluso, analizar los datos obtenidos de una manera rápida cumpliendo con los plazos establecidos.
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