(I) La tradición de Santa Cruz
Un año más se lleva a cabo la tradicional romería de Santa Cruz en la que se reunirán cientos de personas para disfrutar de la celebración.
Irene Ordoñez, San Adrián 03/05/2019. El blog de periodismo.
La romería de Santa Cruz, celebrada cada 3 de mayo por los habitantes del pueblo navarro de Andosilla, ha sido durante sus más de doscientos años de historia, uno de los más reconocidos sellos que identifican a la renombrada localidad y que hoy en día sigue conservándose como una de las fiestas más queridas por los locales.
Sin embargo,durante estos años no han sido pocas las variaciones que la romería ha sufrido y que se han convertido a día de hoy en tema de debate en Andosilla. Se diferencian dos grupos; aquellos, más progresistas, a favor de las reformas y aquellos con un tono más conservador, en contra de las mismas. Para abarcar mejor este dilema, se ha de comprender primero la naturaleza del festejo.
Tradicionalmente, la fiesta del día de la romería se inicia desde primera hora de la mañana en el mismo pueblo. Las cuadrillas, como se conoce en la zona a los grupos de amigos, se reúnen para almorzar juntos y preparar su vía de ida al monte, donde pasarán el resto del día. Algunas cuadrillas tras almorzar van a los bares donde se concentra gran parte de la juventud. Normalmente, antes del medio día, la mayoría de los andolenses ya han iniciado su ruta hacia la ermita de Santa Cruz (imagen iz.). Lo que sigue es simple; a la llegada, misa y después, la fiesta.
Además, la tradición no acaba aquí, ya que la comida que se consume dicho día también es tradición. Como plato principal, a elegir entre un rancho o una menestra y de postre “tostones”, los cuales se bendicen durante la misa.
Desde sus inicios hasta hoy, el día de la Santa Cruz es celebrado el 3 de mayo, no obstante, la romería no se lleva a cabo sino hasta el primer fin de semana de este mes. Este cambio se introdujo en el año 1978 mediante votación popular ya que cada año eran menos las personas que celebraban la tradición, especialmente los jóvenes, quienes, por una razón o por otra, no podían acudir a la misma. Asimismo, era típico partir hacia la ermita el último día de las fiestas patronales de Andosilla, el 14 de septiembre. Lamentablemente, esta tradición se encuentra casi desaparecida.
De igual manera, el medio de transporte ha cambiado. Esto no es tanto dado por la influencia de los locales como por la revolución de los medios de transporte, ya que en origen era frecuente dirigirse a la ermita en carros tirados por asnos, caballos y otros animales de tracción. De hecho, las parejas tradicionalmente se encaminaban al monte en burro. Hoy en día, en cambio, los remolques de vendimia tirados por sus respectivos tractores y los camiones son los sustitutivos de dicho ganado. Es un cambio igualmente respetado ya que se mantiene la esencia de la práctica.
Hoy en día, la tonalidad de la festividad ha dado un significativo revés. Desde hace menos de una década, Santa Cruz se centra en el jolgorio juvenil que se concentra en carpas frente a la parroquia mientras que los mayores y los más pequeños disfrutan relajadamente del día bajo la sombra de los pinos degustando su típico rancho acompañado de alguna bebida. ¿Se debe entonces suponer que la festividad ha empeorado?
Aunque las opiniones al respecto son contrarias, no sería correcto centrarse en los aspectos que condenan los mayores locales, que son quienes han sufrido el cambio, ya que hay benefactores de la variación como son los negocios de Andosilla, especialmente los bares, cuyos ingresos aumentan enormemente. Y es que, además de locales, a Santa Cruz acuden juventudes vecinas tales como las de los pueblos de San Adrián o Cárcar e incluso algo más lejanas como Lerín, Lodosa o la ciudad riojana de Calahorra.
Para poder apreciar las distintas opiniones tomamos declaración a Tere Pardo, una añosa ciudadana de Andosilla que este 2019, nos indica, cumple los 84 años de edad. Ella declara, “recuerdo haber ido al monte con mi padre en caballo un par de veces, me alegro que la juventud se divierta, como debe ser”. Tere hace años que no acude a celebrar la romería pero objeta “lo que no me parece bien es que no vayan a misa, que es la razón por la que se celebra la fiesta en primer lugar”. Además como complemento, nos relata la historia de cómo su marido ayudó a la reconstrucción de la actual ermita, pues la anterior fue destruida hace décadas en un incendio.
En el otro extremo, conocemos la opinión de Maialen Sobrino, de 16 años, quien afirma conocer la intención original de la romería y sus tradiciones, sin embargo, ella cree que “la mejor parte de todo el día es la fiesta, es cuando me reencuentro con mis amigos tanto del pueblo como de fuera y nos lo pasamos en grande”.
Junto a esta declaración conocemos a, Nerea Jiménez, vecina de 16 años natal de San Adrián, que este año acudirá a Santa Cruz por primera vez y nos expresa su tremenda emoción por “salir de fiesta de día y de noche, pasarlo bien, conocer a mucha gente. Poco ortodoxo, pero es la esencia de la fiesta hoy en día. Al igual que Nerea o Maialen, cientos de personas se concentran en la Cruz para disfrutar de un buen día y repetir al año siguiente.
No podemos saber que ocurrirá en años venideros pero, pese a las opiniones contrarias, hoy por hoy Santa Cruz se alza como una de las romerías más importantes de la zona en la que conviven tradición y progreso.
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