miércoles, 20 de marzo de 2019

Para finalizar con los artículos relacionados con la orientación académica Carla Díaz de Rada nos cuenta cómo transcurrió la visita a las universidades navarras por parte de nuestros alumnos de bachillerato.


Estudiantes del Instituto IES Ega de San Adrián visitan el campus de la UPNA y de la UNAV en la capital navarra. 


El alumnado recibió con detalle información sobre más de 25 grados y 6 dobles grados de las distintas escuelas y facultades.

Carla Díaz de Rada- 20 de marzo 2019- 12:33 IES EGA Comunicación 



Los alumnos y alumnas del IES Ega durante la visita.
Un total de sesenta y cuatro estudiantes del instituto IES Ega de San Adrián visitaron junto con su profesorado la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y la Universidad de Navarra (UNAV) el pasado viernes 15 de marzo, con el fin de conocer la oferta de estudios y los servicios de estas instituciones para el siguiente curso 2019-2020. 
Los alumnos del instituto Ega, que cursan 1º y 2º de Bachillerato, conocieron los campus de Pamplona, para lo que recorrieron el aulario, el salón de actos, algunas de sus clases, la zona verde de confort, el comedor y la cafetería de cada una de las universidades. Además, recibieron información específica sobre los 25 grados y 6 dobles grados en la UPNA y 84 grados y dobles grados, en total, en la UNAV, que abarcan   los diferentes ámbitos de ingenierías, sanidad, economía, humanidades, comunicación y derecho. 
Asimismo, también asistieron a una charla informativa general sobre cada una de las universidades, antes de que cada estudiante eligiera la especialidad que quería conocer con más detalle, donde se les dio información acerca de las fechas de preinscripción, las Jornadas de Puertas Abiertas del 24 y 31 de marzo en Pamplona, notas de corte, asuntos económicos y el proceso de admisión dentro y fuera de la Unión Europea entre otros asuntos. El grupo, además, tuvo la suerte de escuchar las experiencias de varios estudiantes universitarios que cursan en la UNAV.
"Esta visita a las Universidades de Pamplona ha supuesto una auténtica experiencia universitaria", señaló Ariana Hernández, alumna de primero de bachillerato en el instituto Ega. "Se agradece mucho tener la oportunidad de conocer de primera mano unas de las mejores universidades de España. Todo esto nos ayuda a tener horizontes más amplios en nuestros estudios, pues nos encontramos en un presente de futuro", añadió. 



miércoles, 13 de marzo de 2019

Siguiendo con  los textos que abordan ese futuro universitario que tenemos tan cerca, Nerea Jiménez ha entrevistado a una ex alumna de nuestro Centro que acaba de finalizar el grado universitario de derecho.



Aroa Jiménez: “Siempre tuve muy claro a qué me quería dedicar”

Nerea Jiménez Montávez, San Adrián - 13-03-19

Nos encontramos con Aroa Jiménez (ex alumna del Ies Ega), una joven de 22 años,que recientemente ha finalizado la carrera en Derecho y está cursando el Máster en acceso a la abogacía. Hoy comparte con nosotros su paso por la universidad en estos cuatro años.

¿Qué es lo que te ha llevado a estudiar Derecho?

En mi caso fue muy sencilla la elección de estudiar Derecho, ya que desde pequeña he tenido claro que quería ser abogada, pues la abogacía es una profesión que siempre me ha llamado la atención puesto que te da la oportunidad de poder ayudar a los demás defendiendo sus intereses y hacer en todo momento lo que es justo. Siempre me ha gustado opinar, defender mi punto de vista y buscar diversas soluciones a diferentes controversias que puedan surgir, y en esta profesión eso es algo clave para poder ejercerla. A medida que he ido creciendo me he dado cuenta de que el derecho está presente en toda nuestra vida, ya que es un medio para resolver los problemas que surgen en nuestro día a día, pero siempre aportando soluciones que marca la ley.

Finalmente, lo que me ha dio ese último empujón en el momento en el que tienes que decidir si te vas a decantar por una carrera u otra, fue que es una de las carreras con más salidas profesionales, y no solo a nivel jurídico sino en otros muchos ámbitos.

¿Cómo ha sido tu paso a la universidad en lo referente al profesorado y a los compañeros de clase?


En lo que se refiere al profesorado, es cierto que en la universidad la mayoría de mis profesores son abogados, por lo que son más estrictos que los que habitualmente me daban clase durante el instituto. Además, no son tan cercanos a los alumnos, ya que mientras que en el instituto todos los profesores te conocían puesto que había un ambiente más familiar en la Universidad las clases son más numerosas y hay profesores que no se saben ni tu nombre.

En cuanto a los compañeros, en el instituto los conocía de toda la vida, eran amigos con los que había ido a clase desde que era pequeña; pero al llegar a la universidad, aunque en un principio no conocía a nadie, las amistades que haces se forjan más rápido ya que estás más horas con ellos.

¿Por qué elegiste la Universidad de la Rioja?

Elegí entre otras Universidades la de La Rioja, ya que es la universidad que más cerca tenía de casa. Aunque parezca un motivo de poco peso, cuando vas a comenzar tu etapa universitaria estás nervioso ya que sabes que vas a ir a un lugar donde no conoces a nadie y saber que tenía mi casa cerca y a mi familia y mis amigos y que me podía desplazar con mayor facilidad me proporcionaba mayor tranquilidad.

¿Qué es lo mejor y lo peor de tu experiencia en la vida universitaria?

Lo mejor de mi experiencia universitaria ha sido que he conocido a personas maravillosas con las que he compartido esta gran experiencia, ya que estaban en la misma situación que yo y me entendían perfectamente, por lo que han hecho que todo sea más fácil y mejor. Además, cabe destacar que he podido independizarme y he aprendido a hacer las cosas por mí misma, Frente a todo esto, lo peor ha sido el agobio que he tenido durante la época de exámenes. Ya que hasta ese momento estás acostumbrado a estudiar una cantidad de apuntes que, en ese momento, piensas que es mucho, pero cuando llegas a la universidad te das cuenta de que no tiene nada que ver, ya que la cantidad de materia que hay que estudiar es 10 veces mayor y eso implica que hay que coger el ritmo rápidamente.

¿Cambiarías algo en tu plan de estudios? ¿Alguna asignatura que hayas echado en falta?

No he echado en falta ninguna asignatura ya que creo que el plan de estudios abarca todas las materias relativas al derecho, pero lo que sí cambiaría de mi plan de estudios es que apenas nos preparan a la hora de la práctica, es decir, nos pasamos toda la carrera estudiando sin parar, pero no nos preparan de forma práctica de cara a nuestro futuro trabajo, puesto que en mi caso por ejemplo, durante la carrera no nos han enseñado cosas esenciales como aprender a hablar en público y eso es algo que podría ser beneficioso a la hora de ir a juicios a defender los intereses de los ciudadanos.

En parte, es algo que entiendo, ya que estudiar derecho no quiere decir que te vayas a dedicar a la abogacía, puesto que hay muchas salidas profesionales, como bien he mencionado anteriormente, pero para los que sí nos queremos dedicar a ello es algo que nos vendría bien, aunque tenemos como oportunidad para aprender estos aspectos el Máster de Acceso a la Abogacía.

¿Qué asignatura/s te han resultado más complicadas?
Las asignaturas que más difícil me han resultado sin duda alguna han sido derecho financiero y derecho tributario, que son dos asignaturas muy complejas tanto por su extensión como en la complejidad de la misma. Además, hay que tener en cuenta que tiene una parte muy práctica en la que hay muchos números y a mí nunca me han gustado las matemáticas,

Para finalizar, ¿qué consejo le darías a una persona que va a empezar con su etapa universitaria según tu experiencia?

Me gustaría decir que la experiencia universitaria es única y merece la pena porque, por fin, estudias aquello que te gusta y a lo que te quieres dedicar. El objetivo es labrarte un futuro y merece la pena poner dedicación y empeño para conseguir todas tus metas. Por eso, mi consejo, para aquellos que van a empezar su etapa universitaria, es que tengan mucho ánimo y que siempre luchen por sus sueños, que no tengan miedo por lo que será la universidad ya que es una experiencia maravillosa clave para forjar una vida.


martes, 12 de marzo de 2019



Amaya Martínez: “En la vida nunca dejas de formarte, ningún camino se hace hacia atrás, siempre te lleva hacia delante”.


Olaia Martínez, San Adrián, 12/03/19

Nos encontramos con Amaya Martínez, una joven calagurritana de 24 años, que tras finalizar los estudios de bachillerato en el instituto Valle del Cidacos en Calahorra, La Rioja, decidió comenzar la carrera de diseño y gestión de moda en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid. Posteriormente trabajó en diversos talleres y en la actualidad reside en Islandia.

-Debido a tu título universitario en diseño y gestión de moda, los empleos de los que has hablado están en relación con tus estudios. ¿Sólo has abarcado este terreno o has trabajado en otros sectores?Solamente he trabajado en el sector de la moda. Trabajé en varios anuncios y en varias sesiones como estilista, en el lookbook de Adolfo Domínguez, o en el plató de First Dates, en anuncios de Loewe con directores que han ganado Goyas, e incluso me cogieron para trabajar en una película de Julio Medem, en la que trabajaría con el estilista ganador del Goya, Carlos Díez. Pero estos empleos fueron temporales y finalmente me cogieron para el reality Maestros de la costura, de TVE, en la sección de patronaje. Tenía que confeccionar las prendas de muestra de las pruebas, preparar los patrones que debían usar los concursantes y supervisar el trabajo de estos para decidir quién se iba o se quedaba en el programa.

-Como ya hemos comentado, comenzaste a trabajar nada más acabar la carrera. ¿Cuáles fueron tus primeras sensaciones? Sentí que no estaba preparada para la vida real, así que para integrarme en la sociedad laboral empecé trabajando gratis muchas horas para poder adquirir los conocimientos que no me había dado la carrera. Además, no era consciente de lo que significaba trabajar, ya que pasé de estar seis horas diarias hablando con mis amigas o realizando proyectos a un sector en el que tenía que trabajar entre 8 y 14 horas diarias sin parar de trabajar y con gente que no eran mis amigos.

-Al parecer, ¿tus primeros empleos fueron gratis?: 
Sí, comencé trabajando gratis jornadas de 8 y 10 horas diarias durante un año. Me lo tomé como una formación gratuita para mí, no tenía que pagar nada por ella y la gente que me contrataba me daba un voto de confianza. Entonces descubrí que buscar dónde trabajar gratis es muy complicado y empecé a concienciarme de lo que iba a suponerme encontrar dónde trabajar por un salario.

-A pesar de las dificultades del mercado laboral español, ¿conseguiste un empleo acorde a tu nivel formativo? Por supuesto. Estuve trabajando primero con la diseñadora española de la fashion week Ana Locking durante cinco meses, en los que vi cómo llevaba su propia firma de moda. Me encargaba de la organización de muestrarios, inventarios, costes y gastos, preparación de la producción de la temporada pasada y la creación y producción de la nueva temporada que estaba llevando a cabo.

-Parece ser que fue una experiencia muy grata para ti. ¿Qué es lo más destacado que obtuviste de ella? La verdad, tuve suerte de encontrar en mis primeros trabajos grandes personas de las que aprendí mucho. Sobre todo me quedo con cómo realmente se puede organizar alguien y gracias a ello, ser capaz de emprender su propio proyecto.

-Tras los cinco meses en los que estuviste trabajando con Looking, ¿cómo continuaste tu vida laboral? Encontré un taller en el que trabajé unos 8 meses hasta que decidí irme. Consideré este periodo como el conveniente para mi aprendizaje, y finalmente, pude llevar a cabo pasarelas para diseñadores de Cibeles Fashion Week de Madrid y algún desfile en París, para diseñadores como Maria Escote, Mane Mane, 44STORE, SHOOP CLOTHING, Becomely, Euphemio Fernández... Después esto, ya cobré siempre por mi trabajo, debido a que tenía experiencia, sabía lo que hacía y lo hacía tan bien como cualquiera.

-Según nos has contado, no te fue nada mal en España. ¿Por qué decidiste entonces emigrar a Islandia? España no me parece un país que ofrezca muchas oportunidades para jóvenes ni muchas facilidades para autónomos, así que decidí venir a trabajar a Islandia porque leí que las condiciones laborales son muy buenas, los salarios muy dignos, y las oportunidades están muy igualadas para toda la población, y es totalmente cierto.

-Para finalizar, ¿cuál es la conclusión que obtienes de tu experiencia laboral hasta el momento? No quiero trabajar para otros ni con otros jefes, ni formar parte del sistema como he hecho anteriormente. Es por eso que estoy en el proceso de creación de mi propia empresa y para ello necesito una primera financiación. No obstante, no quiero pedir préstamos a los bancos y por ello he decidido ahorrar el dinero por mi propia cuenta, ya que si sabes jugar bien tus cartas tampoco necesitas una financiación tan grande. Sin embargo,tendría que empezar desde abajo, como en mis anteriores trabajos, pero con mucho trabajo y esfuerzo, aprendiendo y creciendo, uno consigue su meta.

Bachillerato vista las universidades navarras


Elegir una universidad para estudiar no es sencillo, por ello el próximo viernes 15 de marzo el alumnado de bachiller visitará las universidades de Pamplona con el fin de acercarse a sus instalaciones y vivir una experiencia universitaria, ya que el curso va viento en popa y cada vez están más cerca de tomar una decisión relacionada con sus próximos estudios. Con motivo de esta salida, El blog de periodismo dedicará esta semana sus publicaciones a la orientación, las distintas oportunidades y la experiencia laboral al finalizar los estudios. Comenzaremos con una entrevista sobre la situación laboral a la que se enfrentó Amaya Martínez, una joven diseñadora que apostó muy duro por cumplir su sueño.

jueves, 7 de marzo de 2019

Con motivo de la celebración del 8 de marzo, Lara Bella publica un reportaje de investigación en el que muestra la evolución del papel social de la mujer apoyándose en los testimonios de dos mujeres que ejemplifican dos generaciones muy próximas pero muy diferentes.


LA MUJER DE AYER Y LA DE HOY

Nunca antes en la historia, ha habido, ni posiblemente habrá, una época de cambios tan extraordinarios para las mujeres, como el siglo XX.

Lara Bella. 7-03-2019. El blog de periodismo.

En España, antes del comienzo de este exitoso siglo, las mujeres no tenían reconocimiento social ni laboral. La mayoría de ellas, aproximadamente unos 4 millones, se ocupaba única y exclusivamente a las labores del hogar y al cuidado de sus hijos, mientras el otro millón se dedicaba a trabajos duros y mal retribuidos como lavandera, planchadora o costurera. Además seguían sin tener derecho a voto y bajo la tutela del hombre de la casa, primero su padre y seguido su marido.


Esta situación comenzó a cambiar en España tras la incorporación masiva de mujeres al trabajo, sustituyendo a los hombres que se encontraban en el frente y la adquisición del derecho a voto femenino en 1931. Debido a los cuarenta años de dictadura franquista, España en comparación al resto de los países industrializados, consigue la independencia de la mujer cierto tiempo después.


A partir de aquel momento fue difícil continuar con la lucha, debido a que Franco con el gran apoyo de la religión católica, promulgó que el sexo fuera del matrimonio era pecado, y que su única finalidad era procrear. Por lo que la principal función de la mujer era tener hijos y criarlos. Frente a esto se encontraba el ansia de libertad e igualdad que las mujeres deseaban tras su participación durante ambas guerras y no cesaron hasta conseguirlo.

Tras la victoria de la Unión de Centro Democrático en 1977 en las primeras elecciones democráticas, el Congreso debate acerca de la modificación de las leyes, debido a la reivindicación femenina para que los derechos jurídicos fuesen incorporados en la Constitución. En los años siguientes se puede apreciar el crecimiento en la causa feminista, gracias al apoyo de numerosas organizaciones ciudadanas, librerías, universidades, centros culturales y el de importantes medios de comunicación o autores de prestigio. 

La aprobación de las leyes mencionadas anteriormente en la Constitución fueron la aportación más importante de la etapa, proporcionando con la modificación del Código Civil algunos avances para las mujeres. A partir de aquel momento ambos cónyuges tenían los mismos derechos y se aprobó la ley del divorcio. Además las mujeres comenzaron a tener una mayor visibilidad en trabajos normalmente masculinos, aunque con grandes diferencias tanto económicas como jurídicas.

Sirva como ejemplo, a historia de Amparo Garrido, una mujer que convivió con las desigualdades sociales y laborales del momento. Comenzó a trabajar con 13 años, en una empresa de alimentación donde cobraba 249 pesetas, lo que hoy en día equivale a 1,50€, por semana. Pocos años después, con 19, tuvo que casarse rápidamente tras quedar embarazada, de su primer hijo. Este suceso es el primero de los muchos que Amparo nos cuenta en su testimonio, y que en aquel momento eran injustificables por la sociedad. Podría decirse que fue víctima de una sociedad represiva y desigual. 

Al poco tiempo de tener a su cuarto hijo, comenzó a separarse de su marido. Según sus palabras el divorcio fue muy fácil en comparación a las muchas dificultades que tuvo que soportar previamente e incluso después. Ya que desde aquel instante, cada vez que Amparo tomaba cualquier decisión sobre sus hijos tenía que comunicarlo antes al Ayuntamiento, para que este verificase que ella era la única tutora legal a cargo de ellos.

Tras la entrada al siglo XX, el movimiento feminista continúa vigente, más fuerte que antes incluso. Lentamente comenzaron a instaurarse leyes proteccionistas a favor de la mujer. Cada vez era más común que las mujeres sintieran interés por los estudios, y con no demasiado apoyo lo emprendieran. Sin embargo con la creación del instituto para mujeres, la escolarización de las mismas dejó de verse en casos particulares convirtiéndose en cómo hoy en día lo conocemos “top trend”. Estos avances sociales se ven reflejados en la historia de Ana Sáenz, hija de Amparo, que según nos cuenta su camino fue mucho más sencillo que el de su madre. Ella pudo estudiar un Grado Superior de Administrativo, ser una mujer independiente y fijar sus propias metas. Pero también ha sufrido discriminaciones sexistas, por el hecho de ser mujer: “La primera vez que fui a una entrevista de trabajo y me preguntaron si tenía una relación de pareja estable o si pensaba tener hijos en un futuro; no podía dar crédito de ello” nos contaba Ana Sáenz. Si esta situación le pareció sorprendente aún lo fue más cuando varios años después, tras tener un contrato fijo y estable en una fábrica, nos explica cómo fue despedida al ser sorprendida por un hijo inesperado. Quizás estas situaciones ya no se están dando de manera tan habitual pero nos manifiesta que en su actual trabajo continúa sintiendo la brecha salarial en comparación a sus compañeros masculinos por el mismo trabajo realizado, además de aportar unos estudios superiores en su currículum.

La lucha feminista ha conseguido grandes progresos desde el siglo XX hasta hoy en día. Sin embargo aún no es posible afirmar la igualdad social y laboral entre ambos sexos. Hoy en día más del 2,3 millones de mujeres españolas no tienen trabajo, lo que supone una tasa de desempleo superior al 23,32%. Por otro lado, las afortunadas de tenerlo perciben un salario con una diferencia anual del 20% inferior a la de sus compañeros, por la realización de trabajos asemejados, por el simple hecho de ser mujer.



Tabla donde se aprecian las desigualdades sociales y laborales que a día de hoy las mujeres siguen sufriendo.

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